El fútbol, ¿y es que acaso las demás disciplinas no existen?

Después de un letargo bastante prolongado, he roto el silencio pero esta vez no abordaré algún tema de puntual de fútbol, aunque he de admitir que mi idea está supeditada al deporte. En días pasados los colombianos Nairo Quintana y Rigoberto Urán marcaron un hito en la historia del ciclismo y más, en este país del Sagrado Corazón y la lechona, al hacer el 1-2 respectivamente en el gran Giro de Italia. Más allá de la proeza de estos dos grandes deportistas que la tierra colombiana ha visto crecer, capturó mi atención que los canales de televisión nacional estuvieron ausentes en el cubrimiento de la carrera desarrollada en tierras italianas y solamente en la última carrera el canal RCN «participó» en la transmisión del evento. Me encanta el fútbol, lo disfruto, e incluso lo juego, pero me parece rotundamente triste y decepcionante que en Colombia solo existan ojos y presupuesto para el fútbol, mientras que otras disciplinas como el tennis, heterofilia, atletismo, bicicrós y otras en las cuales grandes deportistas dejan en alto la bandera de nuestro país, pasen desapercibidos y entonces cuando el héroe levanta los brazos en señal de victoria, ahí si nos «montamos» en el patín de la victoria. Señores, señoras, en este país no todo es fútbol, y cada disciplina merece ser apoyada no solo en corear los nombres de los ganadores cuando éstos triunfan, sino también, a nivel presupuestal y adecuación de infraestructura para facilitarles el desarrollo personal y deportivo en las áreas de cada uno de los deportistas.

Francia, sede del tercer mundial de la historia

LogoMundialFrancia1938

Infortunadamente en medio del presagio de un nuevo conflicto bélico que estallaría en una segunda guerra mundial al siguiente año, Francia se ganó el derecho de organizar el que fuera el tercer mundial de la historia en 1938 y el último antes de que pusiera fin el combate más sangriento y mortífero en la historia de la humanidad.

Italia, selección que había levantado el máximo trofeo de selecciones cuatro años atrás, tenía casi que la imperiosa obligación de revalidar el campeonato teniendo en cuenta la turbia y maléfica presión del fascita Benito Mussolini sobre los jugadores de La Azzura.

Argentina, que había participado en Italia 1934, declinó inscribirse en esta edición mostrando su inconformidad por no obtener la sede de la justa mundialista. Por su parte, Austria tampoco pudo presentarse en Francia porque se había adherido en Marzo de ese año a la Alemania Nazi de Hitler quien incesantemente buscaba expandir su poderío en lo que se conoció como el Anschluss.

Brasil y Cuba, por parte del continente americano acuden al mundial, mientras que Francia, Bélgica, Italia, Polonia, Checoslovaquia, Holanda, Noruega, Hungría, Indias Holandesas, Suiza, Alemania, Rumanía y Suecia completaron la lista de 15 equipos buscando la gloria en tierras galas.

Partido intenso disputado entre Brasil y Polonia. El diamante negro, como era conocido Leonidas, jugador con gran calidad técnica y facilidad para sacar potentes disparos, se convirtió en el máximo exponente del fútbol brasilero como le calificaron algunos. Bajo un fortísimo aguacero, el 15 de Junio en Estrasburgo los polacos y brasileños conmemoraron un épico partido que terminó igualado 4-4 en los 90 minutos reglamentarios. Leonidas y Willimowski se convirtieron en los primeros jugadores en anotar cuatro anotaciones cada uno en un partido por Copa del Mundo. En tiempo extra, Brasil se impuso por 6-5.

Cuba, que a fecha de hoy no ha disputado otro mundial, sorprendió gratamente a los aficionados y empató 3-3 con Rumanía y posteriormente, en el cotejo de desempate, dejó por fuera a su rival por marcador de 2-1. Suiza y Alemania midieron fuerzas en París. 1-1 fue el resultado final que obligó a ambas selecciones a disputar el encuentro de desempate. Los suizos remontaron un 0-2 y terminaron imponiéndose al cuadro alemán, que por cierto había sido objeto de fuertes críticas por el saludo nazi de su entrenador, Sepp Herberger, por un definitivo 4-2.

Hungría, bajo la sapiencia y polivalencia de su gran estrella Gyorgy Sarosi, aniquilaron a Indias Holandesas por 6-0, mientras que el local, venció por 3-1 a Bélgica.

En la siguiente instancia, Brasil enfrentó a Checoslovaquia. La primera llave terminó 1-1. Luego jugaron el partido desempate y triunfo para el equipo de Leonidas.

Italia dejó en el camino a Francia, mientras que Hungría hizo lo propio ante Suiza. Cuba, por su parte, fue derrotada por Suecia por abultado marcador de 8-0.

En semifinales, el partido atractivo lo jugaron Brasil e Italia. Victoria trabajada por los italianos. 2-1 fue el resultado para La Azzura. Hungría no tuvo piedad de Suecia y lo vapuleó por 5-1.

El 19 de Junio en el estadio de Colombes en París, se midieron los Italianos y Húngaros. Finalmente, Italia revalidó el campeonato y sus jugadores fueron recibidos como héroes en su regreso a casa. Vittorio Pozzo se convirtió en el primer y único entrenador en conseguir dos copas del mundo. Dícese que antes del encuentro un telegrama fue recibido por los italianos por parte de Mussolini que decía “Vencer o Morir”. Tal vez el triunfo de Italia estuvo impulsado por el miedo a sus propias vidas y la de sus familias.

ItaliaCampeon1938

Italia, sede del segundo mundial de la historia

logoItalia1934Bajo el yugo del régimen fascista de Mussolini, Italia organizó el que fuese el segundo mundial de la historia en 1934. Suponía, aparentemente, un mar de tranquilidad para los ciudadanos italianos, pero una fuerte presión para sus jugadores quienes estaban casi que obligados a llevarse el trofeo. Participaron 16 selecciones, de las cuales 12 pertenecían al continente Europeo, tres del continente americano y sorprendía la intervención de Egipto. Uruguay que se había coronado campeón cuatro años atrás, decidió no hacer parte de la justa deportiva por dos razones principales: estaba en total desacuerdo con el sistema fascista impuesto en el país y, adicionalmente, por el boicot a la que fue sometida cuando precisamente tuvo la responsabilidad de materializar el evento deportivo en 1930.

Selecciones que acudieron a Italia 1934
Alemania España Países Bajos Argentina
Austria Francia Rumania Brasil
Bélgica Hungría Suecia Estados Unidos
Checoslovaquia Italia Suiza Egipto

En la ronda de octavos de final se enfrentaron Italia y Estados Unidos. El local no tuvo problema en deshacerse de los norteamericanos a quienes golearon por 7-1 en Roma. Por su parte, España venció a Brasil por 3-1 con dos goles de Langara e Iraragorri. En la otra llave, Austria derrotó por 3-2 a Francia en encuentro que terminó empatado 1-1 en los 90 minutos reglamentarios, en tiempo extra los austriacos dejaron en el camino a los franceses. Hungría goleó 4-2 a Egipto, Checoslovaquia en reñido encuentro venció a Rumania, Suiza salió victoriosa en duelo ante Holanda por 3-2, Alemania vapuleó a su similar de Bélgica por marcador de 5-2 y finalmente, Suecia se encargó de truncar las aspiraciones de Argentina de alcanzar el tiquete a la siguiente fase al imponerse por 3-2.

En fase de cuartos, el encuentro más conmemorativo lo protagonizaron los italianos y españoles. Dado que el cotejo finalizó 1-1, ambos equipos tuvieron que enfrentarse en un partido de desempate que se disputó al siguiente día. En ese entonces, las reglas por parte de la FIFA no estaban del todo claras e Italia aprovechó la coyuntura. España se presentó sin siete titulares aduciendo el cansancio del partido anterior, mientras que en La Azzurra se ausentaron cuatro jugadores que habían arrancado en la primera disputa. Giusseppe Meazza puso la tabla a favor del local por 1-0.

Por su lado, Austria, Alemania y Checoslovaquia garantizaron su pase a la semifinal al derrotar a Hungría, Suecia y Suiza respectivamente. La semifinal, jugada el 3 de Junio, enfrentó a italianos vs austriacos y alemanes vs checos. Como era de esperarse, Italia con su triunfo por la mínima diferencia, avanzó a la final y un triplete de quien fuera el goleador del torneo, el checo Nejedly, selló la clasificación de Checoslovaquia a la final.

Roma se preparaba para ser testigo de lo que podría representar la vida o muerte de los jugadores italianos. La final estuvo reñida y la misma se definió en tiempo extra dado el empate 1-1 en tiempo reglamentario. Schiavio fue el hombre que desató la alegría de un pueblo congregado en el Estadio Nacional del Partido Nacional Fascista de Roma, al anotar el gol que desempató el cotejo y que representó tal vez un oasis de alegría para los italianos ante las barbaries cometidas por Mussolini.

FestejoItalia1934

Datos interesantes

  • Dos encuentros quedaron empatados 1-1 lo que obligó jugar, para el caso de los enfrentamientos entre Austria vs Francia por los octavos de final e Italia vs Checoslovaquia en la final, tiempo extra. Italia empató con España 1-1, sin embargo, disputaron al siguiente día el partido de desempate.
  • El checo Nejedly fue el máximo anotador del torneo con cinco dianas conseguidas.
  • Los jugadores Schiavio(Italia), Edmund Conen(Alemania) y Nejedly(Checoslovaquia) fueron los únicos que anotaron tripleta en el mundial.

Ausencia de actitud de algunos

Recién termina el partido entre el Atlético de Madrid vs Barcelona y concluí un par de cosas con las que no intento polemizar, sino dejar en claro que en este deporte llamado fútbol, vale la premisa que el fin justifica los medios, pero nunca jamás, la falta de actitud.

Me resulta increíble que un club como el Barcelona, que tiene más «cancha» para afrontar este clase de partidos, experiencia dirían algunos, haya salido a la cancha literalmente dormido y el Atlético de Madrid se lo devoró en el terreno en todos los aspectos. Sí, técnicamente, tácticamente y físicamente, pero sobre todo, el Atleti ha tenido desde que inició su participación en Champions, que el mayor obstáculo es, precisamente ellos mismos; que el rival más grande a superar, es su mismo equipo y esa mentalidad ha permeado profundamente en la cabeza de los jugadores del equipo de Simeone. No estoy para discutir el planteamiento de Simeone ni de Martino, sencillamente y más allá de lo que los entrenadores transmiten a sus jugadores, la entereza del mismo es lo que los levanta para ir a por el partido y hoy el Barcelona fue un fantasma en la cancha, mientras que el Atlético controló desde lo táctico el encuentro empujados por la ambición, deseo de triunfar y marcar un hito en la historia del club. Felicidades al Atlético.

Primer mundial de fútbol: Uruguay 1930

Uruguay1930Logo

El primer mundial de la historia se realizó en Uruguay en 1930. A pesar de los problemas financieros en los que se vio sumido el mundo, impactados por la crisis económica de 1929, asomaba un oasis para la humanidad y era, precisamente, a través del fútbol. Luego de la oportuna gestión del que en ese entonces fuera el presidente de la FIFA, Jules Rimet, Uruguay inauguraría el torneo que con el paso de los años se ha convertido en el más importante a nivel de selecciones.

Sólo participaron 13 equipos, en su mayoría del continente americano y fue clara la ausencia de los equipos de Europa quienes adujeron que por factores económicos y el cansancio de un viaje donde era necesario cruzar el Atlántico les mermaron las ganas de hacer parte del evento.

El torneo se jugó desde el 13 de Julio hasta el 30 de ese mismo mes. Se conformaron cuatro grupos de la siguiente manera:

Grupo A

Argentina

Chile

Francia

México

Grupo B

Bolivia

Brasil

Yugoslavia

Grupo C

Perú

Rumania

Uruguay

Grupo D

Bélgica

Paraguay

Estados Unidos

Clasificaba el primero de cada grupo. Argentina logró imponerse por la mínima diferencia a Francia, goleó a México por 6-3 y finalmente dejó a Chile en el camino al vencerlo por 3-1. Los goles del argentino Guillermo Stábile estaban haciendo mella en el arco contrario y su nombre ya no pasaba desapercibido.

Yugoslavia se quedó con el grupo B con sendas victorias ante Brasil y Bolivia. Bolivia fue la única selección que no anotó gol en la primera edición mundialista.

Por su parte el local, salió airoso del grupo C y, finalmente, Estados Unidos hizo lo propio en el grupo D.

Así las cosas, las llaves de semifinal enfrentaban a Uruguay vs Yugoslavia y Argentina vs Estados Unidos. Ambos encuentros terminaron a favor de Uruguay y Argentina por 6-1.

Primera final, primer clásico, primer enfrentamiento de los países del río de La Plata en el mundial. El estadio Centenario, que por cierto no se encontró listo cuando arrancó la copa del mundo, fue el escenario que albergó el enfrentamiento entre esas dos grandes selecciones. Muy a pesar de que en el primer tiempo el partido quedó 2-1 a favor de Argentina, los uruguayos voltearon el encuentro y terminaron ganándolo 4-2. Jose Nasazzi, capitán de los charrúas, levantó la primera copa del mundo entregada por Jules Rimet. Locura en el Centenario de Montevideo y en todo el país. La alegría fue de los de casa.

Uruguay1930

Datos interesantes.

  • El goleador del torneo fue el argentino Guillermo Stábile con ocho anotaciones.
  • La selección que más goles recibió fue México con 13.
  • Argentina fue el equipo que más goles anotó durante el torneo para un total de 18.
  • El primer y único penal fue a favor de México.

¿Por qué nos apersonamos del conflito ajeno?

Balon-signo-interrogacion

Tan fácil como preguntar: ¿quién es el mejor jugador de la actualidad, Cristiano Ronaldo o Messi?. La respuesta realmente nos dirime y abre un camino de conflictos que incluso, podrían llegar a transgredir nuestra integridad física. Pero, ¿Por qué  hacemos propio algo que ni siquiera tiene que ver con nosotros y peor aún, pareciera ser que aveces nos creemos dueños de la verdad absoluta cual religión profesada por creyentes legalistas? Sé que muchos de nosotros disfrutamos de este maravilloso deporte que es el fútbol, entiendo que algunos hemos llorado (al menos yo lo admito), que hemos echado un sutil madrazo cuando el libreto en la cancha no sale como esperamos que funcione, y hasta algunos otros prefieren bajarle el volumen a la televisión para no escuchar al narrador que muestra su parcialidad sobre el equipo contrario, o ensalza la figura de algún jugador a quien no queremos ni oír ver en pintura.

Desde hace mucho tiempo se ha planteado la pólemica sobre quién es el mejor jugador del mundo, inclusive, de todos los tiempos. No estoy acá para entrar en el conflicto ajeno, es más, me causa un poco de tristeza los insultos que he leído y escuchado en foros, páginas informativas y/o conversaciones casuales donde muchas personas se salen de casillas cuando opinan que CR7 es mejor que Messi y/o viceversa. Algunos aducen que Maradona es el mejor de todos los tiempos, otros indican que como Pelé no habrá ninguno, o que jamás se verá en un terreno de juego la calidad desparramada por Di Stéfano y así existen razones de «peso» que hacen al uno mejor que el otro. Yo me pregunto: ¿Por qué no disfrutar de la magia que nos regalan esos jugadores que son diferente en la cancha? ¿Por qué no contemplar la verticalidad del juego propuesto por los jugadores a quienes admiramos? ¿Por qué no divertirnos con una gambeta, un regate, un quite de balón? ¿Por qué no deleitarnos con el talento inusual de esos monstruos del balón? Este mundo está muy loco para realmente empoderarnos del conflicto ajeno, señores y señoras, la invitación es que seamos sensatos, no confundamos pasión con pasión desmedida, no confundamos aliento con palabras salidas de tono; no confundamos sentimientos con insensibilidad. El fútbol debería unirnos siempre en el respeto independientemente de nuestra diferencia de pensamientos, así que partiendo de lo anterior, hagamos de esto una fiesta en total paz y gocemos del espectáculo que se presenta ante nuestros ojos.

Un día en el infierno

20140303_RobertoBaggioUn partido, una jugada, una gambeta, un saque de banda, un tiro de esquina, una falta, un cabezazo, una plancha, un quite…y un penalti mal cobrado pasa factura y más si se trata de la final de un mundial.

Asomaba el mundial de 1994 jugado en Estados Unidos. Para sorpresa e incredulidad de muchos, el país del tío ‘Sam’  fue la sede de un torneo marcado por dos incidentes cincelados en la memoria de los amantes fervientes del fútbol y de aquellos que lo disfrutan quizás, en menor medida. La muerte del defensa de la selección Colombia, Andrés Escobar y la expulsión del mundial del argentino Diego Armando Maradona por dar positivo en el control antidopaje.

Más allá de los lamentables sucesos, el torneo se desarrolló con la tranquilidad esperada, pero sin tanta euforia y esto porque Estados Unidos no es conocido como un país netamente futbolero. Brasil e Italia, los abanderados para conquistar la décimoquinta edición, jugaron unas de las finales más rácanas, donde la táctica prevaleció durante el encuentro en el que difícilmente hubo espacios para jugadas de peligro durante los 90 minutos. En la prórroga, se desplegó un poco más de ofensiva con Cafú por el costado derecho y un atento Romario que buscaba desequilibrar el encuentro que terminó 0-0 y una tanda de penaltis se vislumbraba para definir al nuevo campeón.

La consagración estaba a doce pasos. Presión kamikaze. Si el punto máximo de una ola es su cresta, la ansiedad y nervios henchían sobre los jugadores. No era para menos. Más que el cansancio físico que acarreaban los 22 jugadores sobre la cancha, pasaba factura la madurez mental para resolver una instancia tan definitiva como ésta. El eterno seis del Milán, Franco Baresi, malogró su tiro y sembró el desconcierto en La Azzurra. ¡Cuántas cosas pasaron por su cabeza en esa fracción de segundo cuando envió su disparo lejos de los tres palos.

Una última luz al final del túnel aparecía para Italia en pies del gran Roberto Baggio. Si convertía, Brasil debía cobrar el último penal y para Italia mantener la serie viva, la canarinha tenía que desperdiciarlo. Impulso del 10. Alargar la esperanza o cortarla de una vez. Baggio no tenía otra alternativa, carrera larga y manda un zapatazo que arrebató la ilusión de un equipo, de un país y miles de seguidores alrededor del mundo. Su cara dejó entrever la profunda tristeza y desolación.  Aquél día en el Rose Bowl, el infierno surcó del inframundo y reposó en los corazones vestidos de azul y blanco.1994 WORLD CUP FINAL

 

El impensable Maracanazo

Logo_Brasil1950Volvía el mundial a Sudamérica luego de haberse disputado la última edición en 1938 en Francia. Brasil 1950 suponía un aire de renovación para el mundo luego de los conflictos bélicos que marcaron tristemente los inicios de los años 40 cuando el mundo se vio golpeado por la segunda guerra mundial que cobró muchísimas vidas y generó un caos social, económico y humano tantos en los países que participaron activamente en los enfrentamientos, como en aquellos que se mantuvieron al margen pero que, colateralmente, fueron impactados por el fuerte suceso.

Así las cosas, el mundial en tierras brasileras generaba expectación y por supuesto, una presión en el combinado local por alcanzar su primera copa del mundo. Trece selecciones apostaron por una ilusión. Brasil, México, Yugoslavia, Suiza, Chile, Inglaterra, España, Estados Unidos, Italia, Paraguay, Suecia, Bolivia y Uruguay querían consagrarse, algunos equipos lo harían por primer vez y otras, como Italia y Uruguay querían engrandecer su nombre futbolístico en el mundo, ya que en ediciones anteriores se había coronado como campeones del mundo.

Brasil no tuvo piedad de sus rivales en la primera ronda;  se deshizo de México, Yugoslavia y empató con Suiza. Clasificó a la fase final. El protagonista de la otra parte de la historia, Uruguay, vapuleó a la débil Bolivia y así logró avanzar a la instancia final, a la que se sumaron la España de Telmo Zarra y Suecia.  Un mini “torneo” para definir al campéon arrancaba.

Brasil, en su condición de favorita, goleó a Suecia por 7-1 destacando la figura de Ademir, delantero que, a la postre, se convirtió en el goleador del mundial y, posteriormente, le propinó a España una de las peores goleadas en su historia: 6-1 fue el marcador definitivo a favor de la verdeamarelha.  Por su parte, Uruguay empató previamente con España y venció a Suecia y se enfrentaba con el virtual campeón, Brasil, que sólo necesitaba un empate para coronarse campeón. Ese 16 de Julio en Río de Janeiro, con un Maracaná que estaba totalmente decantado por el local y atestado de hinchas, se enfrentaban David y Goliat.  Brasil se puso arriba del marcador recién iniciado el segundo tiempo con gol de Friaca. Euforia maximizada en el escenario que se convirtió en esos instantes en una fiesta inimaginable, se palpitaba el triunfo, el logro, el optimismo, no existía otra cosa sino la victoria; sin embargo, lo maravilloso de este deporte es que nada está cantado, ni mucho menos dicho hasta cuando el árbitro pite y recoja el balón y de por finalizado el partido. Uruguay buscaba el partido con alma, piel y corazón y poco a poco fue ganando terreno. Gol de Schiaffino pasado los primeros 15 minutos del primer tiempo puso a soñar silenciosamente a los jugadores charrúas, pero con el empate Brasil aún era campeón. Uruguay no lo daba por perdido, evidentemente la premisa era morir o morir. Y así fue. Un escape de Ghiggia dejando mal parado a Bigode, saca un remate que dejó noqueado al arquero Barbosa y enmudeció, quebró y mató la ilusión del local.

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Se desparramó el Maracaná. Un silencio atroz reinó aquella tarde y la aflicción se apoderó de cada uno de los hinchas de Brasil. Batacazo inimaginable, Uruguay dio vuelta a un partido que, desde antes de iniciar, ya lo daban por ganador a Brasil. Lección de fútbol, lección de vida, efemérides inolvidable.

Por acá el gol –>

Cuando Francia se coronó campeón del mundo en casa

20140205_CoronacionZidaneLlegaba el mundial de 1998 jugado en el país cuya capital es apodada la Ciudad Luz. Después de la coronación como campeón del mundo en Estados Unidos 1994, Brasil buscaba el bicampeonato en Francia 98. Con la participación de 32 selecciones por primera vez en la historia de los mundiales, los locales querían sorprender y dar el impensado batacazo en aquella edición. Por supuesto que equipo había, una zona defensiva compuesta por Desailly, Thuram, Lizarazu, un medio campo que contaba con un par de pulmones extras representados en las figuras de Emmanuel Petit y Deschamps, y más arriba la magia de Zinedine Zidane quien consiguió el año del mundial, de su mundial, el Balón de Oro y en la delantera despuntaba el joven Thierry Henry.

Invictos en la primera fase del mundial donde doblegaron a Sudáfrica, Arabia Saudita y Dinamarca, terminaron con puntaje ideal y además, se conviritó en la selección con más goles anotados en la primera ronda con un total de nueve dianas. Paraguay fue el escollo en octavos de final y fue un gol de Blanc en el minuto 113 del segundo tiempo extra que desequilibró la balanza a favor del cuadro galo.

Sin favoritismo, afrontaba Francia su partido ante la Italia de Cesare Maldini el tiquete a Semifinales. Un partido rácano, con marcador 0-0 al finalizar el tiempo reglamentario y extra, el cotejo se definió por penalties y clasificó el cuadro dirigido por Aime Jacquet.

Croacia era el último obstáculo para alcanzar la final. Un partido vibrante en el que Francia arrancó perdiendo ante la sorprendente Croacia que se puso arriba en el marcador con gol de Davor Suker, supuso en aquella noche en el estadio Saint Denis aquél ocho de Julio, una total efemérides encabezada por el defensa Thuram quien, con sus dos goles, selló el triunfo de Les Blues.

Francia en la final y su rival era Brasil. Lucía complicado, difícil y más porque Brasil tiene esa mística inherente, propia, para jugar esta clase de torneos, sin embargo, la esencia, el carácter, la magia, fantasía, las pinceladas al balón y el manejo de juego por parte de Zidane, recreó una obra de arte que aún es recordada por aquellos que presenciaron ese 12 de Julio en Saint Denis, la coronación intachable, magistral, impecable de una Francia que categóricamente venció a Brasil por marcador de 3-0. París jamás olvida la contundencia con la que su selección doblegó a la canarinha en una final donde las apuestas daban por ganador al equipo de Zagallo.

Brasil, selección a vencer en Brasil 2014

20140130_SeleccionBrasil

Brasil, la única selección campeona del mundo en cinco ocasiones, será este año anfitriona de una edición mundialista, como lo fue en 1950. Clasificada por ser sede de la vigésima copa del mundo a disputarse entre Junio y Julio, apunta a ser inequívocamente como una de las selecciones favoritas, al igual que España, en levantar la copa bañada en Oro otorgada al campeón del mundo.

Brasil, es por hoy, la única selección que ha estado en todos los mundiales de fútbol disputados desde 1930 y en cada uno de ellos siempre han destacado grandes jugadores en todas sus líneas. Pareciera ser que ese semillero de derrochadores de buen fútbol no acabara y perdurara con el paso del tiempo.

Cuando obtuvieron su primera copa del mundo en Suecia 1958, la figura de Garrincha, Zagallo, Vavá, José Altafini y la del joven Pelé quien con 17 años tal vez no imaginaba escribir una historia propia y colectiva para la verdeamarelha, imponían su poderío ofensivo y  con un contundente 5-2 ante la selección anfitriona, se llevó a casa su primera copa. Cuatro años más tarde, Brasil demostró en Chile 1962 una superioridad futbolística única que le permitió nuevamente levantar la copa. Vavá, Pelé, Garrincha, Zagallo,  desparramaron esa furia ofensiva que resultó letal para un mundial con poco brillo y caracterizado por hechos de violencia suscitado en varios encuentros. Transcurrieron ocho años y fue en México 1970 que Brasil nuevamente conquistaría su tercer mundial. Tal vez con uno de los mejores medio campo de la historia del fútbol, Clodoaldo, Tostao, Gerson, Rivelino y una delantera de lujo conformada por Pelé, quien por cierto levantaría su última copa del mundo, y un auténtico rompe cinturas como Jairzinho, destrozaron en aquella final en el Estadio Azteca, a una Italia que poco y nada pudo hacer para detener la vehemente ofensiva de los dirigidos por Zagallo.

Pasaron 24 años para que nuevamente Brasil se coronara campeona del mundo. Estados Unidos 1994 fue la sede y testigo de aquél mundial y se repitió la final jugada en México 1970. Los ingredientes eran distinto, una dupla que deslumbró a los aficionados conformada por Romario y Bebeto, un mediocampo contundente tanto a nivel defensivo y ofensivo, Dunga, Mauro Silva, el talento de Raí, de Zinho, las salidas por los costados de Cafú y Jorginho, y un gran Taffarel custodiando el arco de la ‘canarinha’, aunaron para que Brasil se convirtiera tetracampeón del mundo.

Llegó Corea-Japón 2002 y la figura del auténtico Ronaldo, más la magia de Ronaldinho, Rivaldo, y no menos  la solidez defensiva entregada por Lucio, Roque Junior, levantaba aires de una nueva conquista brasileña que se enfrentó a Alemania en la final y con dos goles del fenómeno, Brasil sumó su quinto título en copas del mundo.

Hoy la ‘canarinha’ se apresta a conseguir la sexta copa del mundo de la mano de Luis Felipe Scolari. Vienen envalentonados por el triunfo en la final de la Copa de Confederaciones frente a España y de la mano del jugador del Barcelona, Neymar, de una nueva generación de figuras como Oscar, Paulinho, Hulk, Thiago Silva, esperan hacer valer su condición de local y dejar atrás el fantasma del Maracanzo de 1950.